El proyecto está diseñado como un simple cubo ortogonal en el que se talla un agujero gigante, en respuesta a las necesidades de la luz, el movimiento del aire y puntos de vista. El color naranja se refiere a la pintura con plomo, de tono industrial de uso frecuente para las zonas del puerto.
El último piso tiene una terraza grande en el fondo de la cual se puede admirar la vista panorámica de toda Lyon, la Fourvière y Lyon Confluence.